Actualmente, los niños están empezando a usar la tecnología a edades más tempranas. Reciben su primer teléfono inteligente a los 10 años o incluso antes. En 2019, se observó un aumento del número de niños de entre 4 y 6 años, pasando de un 23% a un 30% en tan solo un año. Cerca del 83% de los niños brasileros de 0 a 12 años usan teléfonos inteligentes. Es positivo aprovechar la tecnología para ampliar nuestra sabiduría. Por ejemplo, existen aplicaciones como «ABC do Bita» que facilita el aprendizaje del alfabeto y «Endless Forest» que ayuda a conocer la fauna brasileña, ideales para ayudar en el proceso educativo de los niños. Hay seguro muchos más, pero es importante destacar que el equilibrio es fundamental en tecnología.
El equilibrio es la base fundamental entre los niños y la tecnología
Los niños de 0 a 12 años utilizan el móvil cada día durante cuatro horas o más para consumir contenidos en Internet. Alrededor del 50% de este tiempo podría dedicarse a la naturaleza, ¡por ejemplo, aprendiendo hábitos sostenibles! Porque el contacto con el entorno enseña nuevos colores, texturas y miles de nuevas lecciones. Sin mencionar que su hijo aprende la importancia de cuidar su planeta.
¡Los libros también son útiles para reforzar el aprendizaje! Además de ser sensacionales y prácticamente el mejor amigo de la educación, los libros estimulan la creatividad y permiten a los niños descubrir diferentes mundos en un solo lugar.
Mejorar las habilidades culinarias o jugar juegos de mesa también son excelentes maneras de pasar el tiempo y recordar lo que los niños aprenden en la escuela, como estrategia, porcentajes, etc. Además, fortalecen la coordinación motora y estimulan el pensamiento crítico, ayudando en la toma de decisiones. Poco a poco, el niño irá desarrollando su autonomía sin tener que pasar todo el tiempo delante del móvil.
Todo ello favorece el proceso de aprendizaje de los más pequeños. Déjalos crecer sin depender completamente de la tecnología, sé justo, crítico y creativo. Cualquier actividad, realizada de la manera correcta, puede ayudar a los niños a evolucionar. Como ya hemos dicho: ¡el equilibrio es fundamental, siempre!
Estrategias para lograr un equilibrio saludable
- Establecer límites de tiempo:
- Defina un límite claro para el tiempo que los niños pueden pasar en dispositivos electrónicos. Por ejemplo, se puede establecer un máximo de 1 a 2 horas diarias de tiempo frente a la pantalla, dependiendo de la edad.
- Fomentar el uso de tecnología educativa:
- Priorice aplicaciones y plataformas que ofrezcan contenido educativo y que estimulen el aprendizaje en lugar de simplemente entretener.
- Promover actividades al aire libre:
- Incentive a los niños a participar en actividades físicas, deportes y juegos al aire libre. Esto no solo ayuda a su salud física, sino que también les permite socializar y explorar el mundo.
- Crear un ambiente familiar sin tecnología:
- Establezca momentos y lugares en el hogar donde el uso de tecnología esté prohibido, como durante las comidas o en la hora de dormir. Esto fomenta la comunicación y el fortalecimiento de lazos familiares.
- Modelar un comportamiento saludable:
- Los padres y cuidadores deben ser un ejemplo en el uso de la tecnología. Si los adultos practican un uso equilibrado y consciente, los niños serán más propensos a seguir ese ejemplo.
- Enseñar habilidades digitales:
- A medida que los niños usan tecnología, es importante enseñarles sobre el uso responsable y seguro de la misma, así como la importancia de la privacidad y el respeto en línea.
- Fomentar la lectura y el juego creativo:
- Anime a los niños a leer libros y participar en actividades que no involucren pantallas, como juegos de mesa, manualidades o deportes. Esto les ayuda a desarrollar su creatividad y habilidades sociales.
Conclusión
Es crucial encontrar un equilibrio adecuado entre el tiempo que los niños pasan utilizando la tecnología y otras actividades importantes para su desarrollo integral. Los padres y educadores tienen la responsabilidad de establecer límites claros y promover un uso educativo y consciente de la tecnología para que los niños puedan beneficiarse plenamente de las herramientas digitales sin descuidar su salud física, emocional y social. Integrar la tecnología de forma que mejore las experiencias de aprendizaje de los niños, fomentando su desarrollo y enseñándoles a usarla de manera responsable y crítica en su día a día.