El desarrollo psicológico se produce como transformaciones a lo largo de la vida. Desde la niñez, adolescencia, edad adulta hasta la vejez.
Existe un consenso universal sobre la idea de que en la primera infancia se construyen las bases del razonamiento y la psicología humana, base sobre la cual se establecerán todas las estructuras de la vida.
Los adultos pasamos por transformaciones a lo largo de nuestras vidas basadas en nuestras experiencias y elecciones. Con cada nuevo paso hay un cambio en la manera de ser y de colocarnos en el mundo, aunque a veces apenas perceptible, y no sería diferente en nuestros hijos y nietos. Debemos ser capaces de evaluar y aceptar la etapa de desarrollo y madurez en la que se encuentra el niño. Y no esperes que un niño tenga la conciencia y la actitud responsable que deseamos los adultos, pero que están lejos de lo que es posible para su edad.
Desarrollo psicológico en cada etapa
Sí, existe un consenso amplio entre psicólogos y especialistas en desarrollo humano sobre la importancia crucial de la primera infancia en la construcción de las bases del razonamiento y la psicología humana. Durante los primeros años de vida, el cerebro humano atraviesa un proceso acelerado de crecimiento y desarrollo que sienta las bases para las habilidades cognitivas, emocionales y sociales que perdurarán a lo largo de la vida. A continuación se explican las diferentes etapas del desarrollo psicológico y cómo cada una aporta transformaciones clave.
1. Primera infancia (0-6 años)
En esta etapa, se establecen los fundamentos del desarrollo psicológico. Se considera crítica porque:
- Desarrollo cognitivo: Durante este período, el niño comienza a adquirir habilidades de pensamiento, percepción y lenguaje. El famoso psicólogo Jean Piaget destacó que los niños pasan por la fase sensoriomotora y preoperacional, en la que aprenden a interactuar con el mundo a través de los sentidos y el desarrollo del lenguaje.
- Vínculo emocional: El apego emocional, especialmente con los cuidadores primarios, es fundamental. La calidad de este apego influirá en la capacidad del niño para formar relaciones saludables más adelante.
- Socialización: A través del juego y las interacciones sociales tempranas, los niños comienzan a aprender las normas sociales, la empatía y la comprensión de los roles.
- Desarrollo del autoconcepto: Durante estos primeros años, el niño comienza a desarrollar una noción básica de sí mismo, lo que influye en la autoestima y en la autopercepción.
2. Adolescencia (12-18 años)
La adolescencia es una etapa de cambios drásticos, tanto físicos como psicológicos. Es un período de búsqueda de identidad y transición hacia la autonomía:
- Desarrollo cognitivo: En esta fase, los adolescentes alcanzan la etapa del pensamiento formal (según Piaget), que les permite razonar de manera abstracta, formular hipótesis y pensar de manera más lógica.
- Desarrollo de la identidad: El psicólogo Erik Erikson señaló que el principal desafío en la adolescencia es la formación de una identidad estable. La exploración de roles, creencias y valores es fundamental para definir «quién soy».
- Independencia emocional: Los adolescentes buscan separarse de la dependencia emocional hacia los padres y forman relaciones significativas con sus pares, lo que influye en su sentido de pertenencia.
Lo mismo ocurre con los recién nacidos y los niños muy pequeños. En estos casos, sin embargo, antes de pensar en las transformaciones, debemos centrarnos en el tiempo de la formación, el tiempo de llegar a ser un individuo humano. Para ellos todo es nuevo, casi todo es «la primera vez que sucede», y hay que darles el tiempo adecuado para asimilar y comprender los acontecimientos y sus consecuencias.
El qué y el cómo se hace con los niños está directamente ligado a la constitución de un cuerpo y una mente que se desarrollan dejando una huella en su futuro.
Al hacer berrinches y desobedecer las reglas, desafían a los adultos y aprenden sobre jerarquía, límites y seguridad, cuando se aseguran de que el adulto no ha renunciado a educarlos y guiarlos, y sigue ahí para imponer los límites necesarios, explicarles lo que es. lo correcto y lo incorrecto es acoger con agrado el cansancio al final de la lucha.
Esta conducta de buscar y probar constantemente límites y reglas es sumamente útil en todas las etapas de la vida, pues mientras más problemas resuelvas, más fácil será enfrentar los desafíos inherentes a la vida de cualquier adulto.
Recuerda siempre cómo te comportabas, qué te gustaba cuando tenías la edad de tu hijo y la actitud de los adultos que convivieron contigo cuando eras niño. Poniéndose en el lugar del otro y esforzándose por comprender su forma de pensar y la etapa de vida que atraviesa, la armonía en el hogar será mucho mejor, independientemente de la edad de los residentes.